Constanzo ha decidido
ignorarme olímpicamente.
¿Será que su secretaria
no le avisa
de mis constantes llamados?
Será que la virgen
no le habla,
ni mis santos le hablan,
ni todos mis muertos le hablan.
Ha de pensar
que soy nacha,
o gacha,
o una muchacha
sin importancia.
Ha de pensar
que soy una perra
o una can
y no tiene razón...
aunque
en muchas canas
me puedo convertir.
1 comentario:
Me gusta mucho el poema. Cómo se ve que edecán no podrías haber sido. Con adoración, tutín
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