miércoles, 25 de abril de 2012

Amistad peligrosa

La necesidad,
necedad peligrosa,
la fatiga,
el perezoso aturdimiento,
tedio,
vacío vicio
del alma pesimista,
esta amistad
con el hastío.

lunes, 23 de abril de 2012

Despersonalización

Cuando ese halo 
de majestad 
te envuelve 
eres un divo 
desnudo y aburrido 
de todo. 
Olvidas la ortografía 
de los nombres 
de tus amigos 
y te preguntas
si de veras
existieron, 
al menos 
como mínimas musas 
de tus desencuentros 
en los pliegues 
de la blancura. 
Te miras a ti mismo
y me miras ahí 
y entonces olvidas 
los nombres 
de tus enemigos.

jueves, 12 de abril de 2012

Balita

Tiene una riqueza espiritual que se desborda. Sufre y goza intempestivamente. Me escribe largas respuestas cargadas de sí mismo. Leo y siento su piel que tiene olor a panecillos dulces, toco sus músculos de bailarín. Evoco la imagen de un guerrero candoroso y cinematográfico. Es delicioso leer las líneas que me escribe, y saber que nunca desearé poseerlo y que lo desearé eternamente. Lo más divertido de mi amigo es que tiene alas: montada sobre su amplia espalda puedo volar a velocidad vertiginosa y sumergirme en el mar sin tener miedo a las anguilas o los tiburones. Además de sus cartas hay otra vía; los sueños recurrentes. Él, sentado en un sillón, me extiende la mano una y otra vez, a lo largo de todos los años que nos quedan de vida y más; me acaricia lentamente, luego yo me alejo una eternidad que se prolonga y se contrae una y otra vez;  el motor del miedo se desboca, el corazón late como una oveja rabiosa, porque aun ese contacto representa un peligro que nos costaría lo más preciado: nuestro derecho a la eternidad.

Fragmento de Cartas

lunes, 2 de abril de 2012

Soy muy pistola (En Cigoto)

No esperen que venga aquí a decir genialidades después de lo que acabo de pasar. Así las cosas, me limitaré a responder sus preguntas en el modo más sintético posible y sin demorarme demasiado, necesito descansar porque esta chica seguro pedirá más en un rato y quiero estar preparado. No tengo cabeza para pensar demasiado. Sólo sé que acabo de vivir una experiencia inolvidable. También sé que soy la estrella de todo esto, el personaje principal en el acto sexual. Y bueno, si esto les suena sexista es porque lo es. Mi presencia en las escenas es tan conspicua que siempre llamo la atención. En general me llevo una buena parte de la cámara, excepto cuando me introduzco en una vagina y desaparezco. 
Las estrellas, como saben, descansamos con cierta frecuencia. Pero cuando nos encendemos no nos despegamos totalmente del firmamento. Somos también las encargadas de colocar intermitentemente a nuestro portador en el cielo. De atrapar su mirada y su mente durante alguna noche oscura y transparente.
Soy, para que lo tengan claro, el gran Odín que pende del manzano de Eva, y que los legos confundieron con una serpiente. En realidad, ni siquiera se trata de un manzano, sino de un tejo, y aquello que comió Adán no era una manzana, sino una de mis frutillas. Pero para el caso es igual. 
Soy –además y entre otras cosas- La Pistola. Me desempeño como un arma de fuego perfecta, no cometí ningún error y por lo tanto, ningún crímen, ustedes me entienden. Por si fuera poco dejo a las chicas muy satisfechas. Soy, pues, la cereza hinchada de sangre fresca que corona el gran pastel del himeneo. En fin. Este soy yo. 
Si algún día tengo la suerte de fecundar, mi bebé será un triunfador gracias al arrojo y la valentía de mi espermatozoide. Es importante aclarar que ese bebé me olvidará, nunca tendrá la más mínima noción de lo que signifiqué en su vida. Ahora, si quieren que les diga la verdad, a mi no me importa nada. Para eso soy El Pene. Para que me importe un bledo todo y me ponga a descansar hasta la próxima jornada. Soy lo más importante, sin mi nada de esto sería posible y desde ahora se los digo: es una afirmación falocéntrica y me tiene sin cuidado.