No esperen que venga aquí a decir genialidades después de lo que acabo de pasar. Así las cosas, me limitaré a responder sus preguntas en el modo más sintético posible y sin demorarme demasiado, necesito descansar porque esta chica seguro pedirá más en un rato y quiero estar preparado. No tengo cabeza para pensar demasiado. Sólo sé que acabo de vivir una experiencia inolvidable. También sé que soy la estrella de todo esto, el personaje principal en el acto sexual. Y bueno, si esto les suena sexista es porque lo es. Mi presencia en las escenas es tan conspicua que siempre llamo la atención. En general me llevo una buena parte de la cámara, excepto cuando me introduzco en una vagina y desaparezco.
Las estrellas, como saben, descansamos con cierta frecuencia. Pero cuando nos encendemos no nos despegamos totalmente del firmamento. Somos también las encargadas de colocar intermitentemente a nuestro portador en el cielo. De atrapar su mirada y su mente durante alguna noche oscura y transparente.
Soy, para que lo tengan claro, el gran Odín que pende del manzano de Eva, y que los legos confundieron con una serpiente. En realidad, ni siquiera se trata de un manzano, sino de un tejo, y aquello que comió Adán no era una manzana, sino una de mis frutillas. Pero para el caso es igual.
Soy –además y entre otras cosas- La Pistola. Me desempeño como un arma de fuego perfecta, no cometí ningún error y por lo tanto, ningún crímen, ustedes me entienden. Por si fuera poco dejo a las chicas muy satisfechas. Soy, pues, la cereza hinchada de sangre fresca que corona el gran pastel del himeneo. En fin. Este soy yo.
Si algún día tengo la suerte de fecundar, mi bebé será un triunfador gracias al arrojo y la valentía de mi espermatozoide. Es importante aclarar que ese bebé me olvidará, nunca tendrá la más mínima noción de lo que signifiqué en su vida. Ahora, si quieren que les diga la verdad, a mi no me importa nada. Para eso soy El Pene. Para que me importe un bledo todo y me ponga a descansar hasta la próxima jornada. Soy lo más importante, sin mi nada de esto sería posible y desde ahora se los digo: es una afirmación falocéntrica y me tiene sin cuidado.
2 comentarios:
ja! no me imagino a un pene diciendo "mi bebe"... en todo caso "tu bebe".
Tú eres un macho redomado...
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