sábado, 21 de diciembre de 2019

Huesos secos

En nuestro valle sentimental sólo había huesos secos, un olor salino se extendía por toda nuestra existencia, y como en esta vida también hay pasajes felices y reverdecientes, ocurrió que un día el señor sopló su aliento sobre nosotros, entonces vimos cómo de los huesos nació la sangre, nació carne, nació vida, nació el todo, en ellos se reveló el secreto. Crecieron nuevos trozos de latidos sobre nuestros corazones muertos y de algún lado salió un potente y oscuro amor en el cual nos distrajimos mientras nuestros hijos nacían, crecían, se reproducían y morían.

miércoles, 4 de diciembre de 2019

Balita

No tenemos nada importante qué hacer, ni qué decir, ni qué poseer, salvo un enorme amor que raramente encuentra el objeto necesario para dejarse llevar, dejarse dar. El amor -esa gran cantidad que llevamos a cuestas como un hijo que no encontró vocación y se quedó con su madre y con su padre, llevando un complejo pueril que lo hizo siempre demasiado joven para entregarse en cuerpo y alma a nada, a nadie- se queda ahí, almacenado, en la oscuridad, sufriendo los embates del tiempo que lo hace más cercano a la muerte. Para amar hace falta una excepción imprescindible. 

lunes, 2 de diciembre de 2019

El Arcano 21

En el tarot, el Arcano Mayor 21 es El Mundo, una de mis cartas favoritas: representa la genialidad, la capacidad de conocimiento del mundo. En una tirada vaticina una vida rica y abierta a experiencias de todo tipo, de largo alcance, de amores felices y duraderos, de latitudes y altitudes. Evidentemente El Mundo también es un arcano de caídas.

Hace unas semanas conocí a un individuo que llevaba el número 21 tatuado. 

Javier, “Xavi” -cuyo nombre significa “casa”-, no esperó el mejor momento para abrir su muy discreta camisa de manga larga y mostrarme su piel tatuada. Su presencia atrajo a mí cierto pensamiento esotérico que me lo hizo ver como una señal, o varias de ellas, puesto que llevaba en su muy tatuado brazo otra palabra: Lucky, y creo que también un trébol de cuatro hojas, una pareja de colibríes y la frase Eternal love, o Never ending love o endless love. 

Javier, y otro personaje a quién le leí el tarot apenas la noche anterior, cuyo nombre era precisamente Lucky, entre otras cosas, hicieron que mi obsesión por los signos repetitivos se despertara totalmente. Entonces entablé una conversación amplia con Xavi aquella noche. Lo llené de preguntas que él respondía con el talento de un comediante en ciernes, entre carcajadas mías, ya saben que soy de risa fácil.

Apenas a unos cuarenta metros una ambulancia levantaba a un joven herido de navaja que yacía en la calle. A dos locales había una vidriera rota. Xavi me contó una historia acerca de los segundos que demora el alma en salir del cuerpo: 21. Yo le conté acerca de los gramos que pierde el cuerpo cuando muere: 21, de la fabulosa película de González Iñárritu que lo cuenta: 21 gramos. Acerca del cromosoma repetido en los bebés con síndrome de Down: 21, acerca del tarot, de la suma del dos y del uno, del miembro masculino, en sí mismo una representación del 21, de la voluptuosa feminidad del Arcano 21...

Mi nuevo amigo quería encontrar una mujer que lo quisiera, en ese sentido es un tipo como tantos. Había sido amigo de infancia del actor español que protagonizó aquí en México la no muy exitosa película Cantinflas, cuyo Miami fue grabado en Chapingo. Cuando le tiré las cartas le salió contundentemente que conocería a una mujer independiente y libre, que se casaría con ella en un matrimonio feliz y duradero. El Mundo, claro, estaba presente en esta tirada.

Xavi propuso con toda seriedad tatuarse El Mundo, me pidió que se lo prestara, lo hice, y midió con él el espacio para colocarlo. Espero que un día me haga llegar una foto de su tatuaje y otra de su seguramente maravillosa esposa.

Por cierto, Xavi, si estás leyendo esto, no creas que no me percaté de que te saliste del bar sin pagar tu cuenta.