Cuando un hombre lleva un arma en la mano no deja de ser hombre.
¿Cómo saber cuándo un arma lucha por una causa justa? Cuando se trata de un arma pobre. Da pena, pues, saber que los pobres nunca portan cuernos de chivo, que no lanzan misiles, ni manejan tanques, ni hummers. ¿Hasta dónde irá a parar el pobre hombre sin su nombre, sin su cartera, sin su arma?
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