jueves, 21 de agosto de 2008

No importan los dragones

Salvador Dalí (1949)
No ha sido mi costumbre perseguir a los faunos.
No he emprendido batallas campales
para recuperar a los semidioses perdidos.

No estuvo siempre la muerte agujerándome con lanzas
ni filosas lenguas.

Soy un ojo avizor
que se quedó temblando
con los pies en el lecho de un río subterráneo,
siempre con la esperanza de verlo emerger.

Voy caminando
por una corriente fría y oscura,
donde hace siglos me oculto sumergida,
y de la que apenas salgo
para tomar un aire enralecido.

La muerte
me ahogará con sus filos
y no me importa ser bebida por los dragones,
ni me importa que este río en que nado se incendie,
ni que se derramen los mares de fuego...

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