domingo, 10 de agosto de 2008

08/08/08


Según los vaticinios
el viernes pasado fue el día más importante de mi vida,
vaya usted a saber porqué.
Fue triste descubrirme de pronto
desnuda en un día en que se supone
estaría vestida de gala,
descubrir que aquel día no fuera de nadie sino mío;
un descubrimiento solitario ante un refrigerador,
ante un televisor, ante una estufa...

Resulta que todo es una farsa repetida,
que no hay más nada,
que si digo que no,
va a ser nunca
y que si digo sí, también.

No vendrá un solo día
importante en esta vida mía.
Y si ayer se repitió el cansancio,
se repitió la historia del asesinato,
de la amargura, de la injusticia...
¿dónde quedó la importancia?
¿qué importa la gala?
¿quién soy yo para soñar un sólo día importante en mi vida?

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