A veces las palabras salen con un tono intimista que desconozco. Cuando escribo en primera persona siempre corro el riesgo de encontrarme con un espontáneo blanco. Puedo encarnar de pronto a una mujer con el lomo peludo, a una mujer fuera de sí, a una mujer malvada, a una mujer histérica, quién sabe a qué mujer.
Siempre existe la tentación de hacer confesiones. Siempre tienta hablar en tono intimista. Y hoy, señores, voy a confesarles varias cosas:
1.- Cuando escribo en primera persona no hablo sobre mi.
2.- Cuando describo a una mujer que tiene el lomo peludo no hablo sobre mi.
3.- Cuando escribo sobre quien sabe qué mujer, solo dios sabe sobre qué mujer hablo.
Y eso no es todo...
4.- Me estoy pudriendo.
4.- Me estoy pudriendo.
5.- Una mancha roja está devorando mi cerebro.
6.- Me levanto de la cama y me lanzo al absurdo.
7.- No sé ni donde vivo ni sé si esta soy yo.
8.- Soy víctima de fortuitas violencias.
9.- El amor me mata y la ira me resucita.
10.- Miento constantemente.
10.- Miento constantemente.
1 comentario:
Siempre te leo. Lo que viene de ti siempre me pone a pensar. Equivocado o con razón normalmente prefiero con mis palabras no hacer interferencia, solamente leerte. Leerte y en algunas ocasiones como esta saludarte.
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