miércoles, 15 de noviembre de 2017

Sucio cliché (fragmento)

Tuvo que contratar a la portentosa hacker de pseudónimo Nidia Ku para que le confirmara que tenía metido a un insistente pero silencioso hacker. Ella dijo que las cuentas de correo y las redes sociales son pasillos públicos por los que cualquiera puede transitar. En diez minutos le había dado su nombre, sus ID, los modelos de dispositivos que usa, las diferentes ubicaciones desde donde abre sesiones. También le dio la lista de horas a las que sus cuentas fueron utilizadas en lo que va de este año, las ubicaciones de sus computadoras. Encontró que había sesiones y raras operaciones realizadas a las horas imposibles en que él tenía sus grabaciones de radio. 
Supo de inmediato que algún amigo se estaba excitando a costa suya. Y lo estaba metiendo en una rara seducción en la que él era el único desnudo, el único expuesto. Porque desde el día en que se encontró con aquella mujer escribió y fotografió escenas de amor ilícito, que pronto sería motivo de chantaje.

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