miércoles, 15 de noviembre de 2017

La morena y la fobia

He llegado hasta aquí: me moví hacia este rumbo impulsada por una masa de acontecimientos tan lejanos como desconocidos. Algunos se conforman con decir: “Dios nos puso en este camino”. Yo no creo en dios, porque todos los que creen en dios piensan que soy una criatura infernal y quieren matarme.

Yo soy hermosa: Morena, me llaman, pero en realidad yo no soy una morena particularmente morena, más bien soy blanca, un poco azulada, también puedo ser invisible, sin colores, me escondo, me camuflo, puedo también tener muchos colores. Me muevo en las profundidades y también deseo, regalo rituales a quienes se sienten atraídos por mí, también me los como, a veces, sí, todos tenemos que comer algo, a veces también los enveneno, pero no ando buscándolos con ese simple objetivo, los enveneno si es necesario, todos tenemos necesidades. No comprendo por qué en su afán de inventarse miedos me han convertido en una fobia más de su inventario. Este listado que se extiende en números sentenciosos de culpas escondidas tras el pavor, no debería contenerme.

4 comentarios:

Efímero dijo...

Muchas metáforas para señalar una particularidad compleja de la personalidad. O me equivoco?

Efímero dijo...

Pero me gusta la idea de tu blog

Efímero dijo...

Metáforas que dicen mucho de lo poco que puede uno escribir sobre la compleja personalidad. Es interesante el blog!!

Efímero dijo...

Vaya forma ésta de permitir que la metáfora arrastre vuestra intimidad para mostrarla y ocultarla al mismo tiempo al mundo después de haberte seducido. Interesante blog!