martes, 23 de mayo de 2017

La vaca habla a la piedra


¿Por qué te quedas en la orilla mirando cómo abreva esta vaca?¿por qué, desde que me detuve con mis grandes ojos a mirarte, y con mi larga lengua a lamerte, piedra dulce, piedra de río, no has cambiado tu forma en lo más mínimo?¿por qué no cobras vida verdadera?¿por qué te quedas ahí inamovible y triste como la historia de siempre?¿por qué no trasciendes como carne, -como un bistec, si tú quieres- y dejas de derramar lágrimas bajo la corriente?
No tengo otro lugar a donde ir, esta orilla me sostiene. Tú eres lo único que encontré en este camino, estoy condenada a ti, a ti vendré a morir y serás mi tumba y aquí estaré, piedra, después de la sequía, después de que este río se vuelva un basurero, después de que no quede de mí ni el desdén de los buitres, ni el olvido de los gusanos.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo vida verdadera, aunque no la puedas ver.
Soy piedra, esa fue mi condena.
Para ti ya estoy muerta aquí, aunque vivo de tus lamidas.


Anónimo.

Rowena Bali dijo...

Piedra: ¡qué maravilla! ¡escribes! ¿Pero cómo es que ya estás muerta aquí si vives de las lamidas de mi vaca?
Ya que mueres, vives y escribes, dime tu nombre. Un beso.