Imagínense que la editora, cuando nadie la ve, se pone a
luchar con un Morten ausente y monstruoso, a veces hace gestos de verdadera
angustia y no lo puede evitar; pero eso sólo le pasa cuando cree que nadie la
puede ver, no sabe que está siempre bajo mi férula.
Morten es un caso de inocencia absoluta, nada me hará cambiar
de idea. Hay que buscar una solución que lo libere de la ira de una mujer
obsesionada por no sé qué esencia indescifrable que posee su cuerpo de hombre
despistado y ausente.
Les he dicho que Morten es escritor, yo no soy una crítica
literaria, no puedo decirles si es bueno o malo, pero dedica una buena parte de
su tiempo a esta actividad. Se la pasa soñando con la mujer a quien ha de amar
verdaderamente y tiene una vida sexual poco gratificante. Hizo una carrera en
su natal Nojuega; un país lejano y desconocido que no juega un papel importante
en la economía mundial, que no produce grandes artistas, que no posee siquiera
algún rasgo cultural conspicuo y milenario; gana un sueldo regular como
investigador, no es un profesionista ni un mínimo destacado. Su cabeza está en escribir,
por lo demás, tampoco es un escritor ni un mínimo destacado. No puedo decirles
si su cabeza es buena o mala, lo que sí puedo decirles es que tiene cara de
estúpido, que es hogareño y melancólico, que ama el te de azahar y las
galletas de canela, que es inocente de todos los agravios que la editora le
imputa y que no merece morir. La marca que pone a Morten en un riesgo mayor es
una de las novelas que escribió; Riesgos mayores; de un modo mordazmente
casual esta obra narra detalles íntimos de la vida de una mujer que parece la
descripción perfecta de la editora. El muy estúpido no sospecha que está en
peligro.
Bueno, tendré que dejarlos de vez en cuando en lectura de la verborrea de la editora, porque a veces me canso y me voy a dormir, a veces duermo durante más de un capítulo, a veces vengo rapidito a contarles algunos datos candentes sobre Morten y la editora. (En La bala enamorada)
Bueno, tendré que dejarlos de vez en cuando en lectura de la verborrea de la editora, porque a veces me canso y me voy a dormir, a veces duermo durante más de un capítulo, a veces vengo rapidito a contarles algunos datos candentes sobre Morten y la editora. (En La bala enamorada)
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