Era como brisa
fresca aquello;
sangre nueva,
un sacrificio
que garantizaba
la buena cosecha,
una cópula
que aseguraba
la descendencia,
unos versos
que infaliblemente
enamoraban
a las damas
de los caballeros.
Pero qué crueldad
tan brutal
fue la de aquello;
no era frescura
sino una helada
que acabó
con la siembra;
un cuchillo
qué acabó
en una sangría,
una sanguijuela,
que succionó
los nombres
de los amantes,
groserías
que alejaron
para siempre
a las damas
de los caballeros.
3 comentarios:
.
Los que aman siempre estan en peligro de extincion, el puñal filoso los prefiere. Los que no aman permanecen con el puñal por dentro....
mrp
Que se vuelvan acercar!!!! siiii!
J.B.
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