La vida
de esa diva
dividida
era una dádiva
que se quedó
dudando
si se daba o no;
una adivinanza
que no se resolvió,
una esperanza
de vana muchacha
que quedó
en confusión,
en fastidio,
en mala racha...
La dama delicada
se volvió
una bizarra mamarracha
que daba mamadas
por una pizcacha
y pasaba la vida
ávida de alcohol
o bien borracha.
1 comentario:
En un adios a las vegas, se aprenden muchas cosas no tan gachas, que se comparten con unas buenas mamarachas, claro cuando hay una buena racha.....o que¡¡¡ nunca te has puesto medio bien beoda....hay si muy macha¡¡pero todas quieren boda...porque recuerdo que en la vida solo conozco a divas por que todas son divinas.
cuandogustesdecir¡¡salud¡¡¡¡
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