martes, 15 de junio de 2021

Masculinidad tóxica

Este pueblo era el paraíso, ahora las casas nacen y mis ojos no son veloces para notarlo. El sol sigue llegando hasta aquí como siempre y los pájaros se comunican con sus lenguas, que varían entre especies, además cantan con una lengua franca, mientras que la lengua de esos hombres -expansiva igual que las casas, que el ronroneo de sus camiones, el traqueteo de sus máquinas y el mal olor de sus fábricas- a todos los vivos quiere hacer callar. Muchas mujeres de mi pueblo perdieron sus ríos, sus voces, su pasado, todo lo pusieron esos hombres a jugar en el mercado. Se perdieron a sí mismos, desoyeron la lengua franca de los pájaros.

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