viernes, 5 de febrero de 2010

Manada

Yo
veo mi casa agrisarse,
agrietarse,
y mi leche agriarse.
Todo en mi está
flaco y lacio
y mi oficio es oneroso.

Tú,
muy rancio,
ocupas en la ópera
un palco
y en el palacio
un espacio lustroso.

Tú, tan tanto,
cantas una canción
de la que no sé la tonada.

Yo, tan nada,
silbo al viento una nota
a la que no estás atento.

3 comentarios:

Carlos Lara dijo...

Siempre es tu voz la que se escucha al viento, que bello.

Rowena Bali dijo...

No exageres

r. dijo...

salud por los palcos