martes, 23 de febrero de 2010

Un charco sucio para bañar a los niños

En el canal de las estrellas promocionan al país como si fuera su propia empresa, pero no se les ocurre poner una vista panorámica de la debacle.
Recordar la importancia del patrimonio cultural y humano o del capital natural de la nación es importante. Tan importante como recordar lo bonito que es México, sin duda.
Cada día, antes de cruzar lo que hace irrecuperables siglos era un hermoso complejo lacustre, me encuentro con un inmenso charco de aguas negras donde imperan un policía, dios silbante del caos, y unos cuantos niños de Neza que controlan el tráfico con las piernas sumergidas. Eso es lo que veo; un signo brutal de la fecalidad y la decadencia: un charco sucio para bañar a los niños. Muchos hijos de México viven en picada, se extinguen y han perdido vertiginosamente aquella herencia de bellezas. Quedan unos rincones.
El canal de las estrellas no alcanzó a hacer un clip de todo lo perdido... ¡Y mira que aquello que perdimos era lindo! Un clip donde se detallara el inventario de los daños. ¿A quién le importa recordar ese asunto tan feo en estas fechas tan importantes? Mala suerte, de todo tenemos los mexicanos, menos de olvidadizos...

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