¿Porqué no?
Si ya todos
se enteraron.
Ni que fuera
mucha ciencia.
Si ha pasado tanto
por mi aliento
y mi garganta
que ha causado
una fuga
interminable
de elocuencia...
Aunque
parezca muy raro
mis labios del amor
nunca han hablado;
su sabor apenas
han sentido.
Pero mis tías,
mustias
y crueles ancianas,
de las altas letras
guardianas,
con pericia
le han puesto
las especias
para contarlo
sabroso
y aunque es chisme
y encono oprobioso
todos saben
que por Morten,
en los rincones sollozo.
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