miércoles, 14 de junio de 2017

Alado ídolo II

Tú pateaste a mis perros excitados,
desollaste a la oveja que amó
el brillo en el colmillo del lobo,
desoíste las cincuenta súplicas
del cerbero detrás de la puerta,
asesinaste al dragón
y luego abandonaste
el vellón dorado.


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