sábado, 2 de octubre de 2010

¿Te sigo?

¿Es tu ojo o es mi delirio de persecución?
¿Si escribo la palabra escribo, con la cual cohabito, que vive en mi puño y letra, también te aludo?
¿Te sigo?
¿Me sigues?
¿Voy a tener que esconderme o escaparme por una escalera escarpada porque tú alzas la espada y alzas el espolón pero no das estocada ni patada y me tienes espantada como hija de Don Pantaleón?
¿Me acusas sin razón de acosarte cuando es tu imaginación y te sientes acosado a diario y en toda ocasión?
¿Sabes lo que hago, lo que quiero, lo que como y lo que pido, aunque nunca te lo digo?

3 comentarios:

Rowena Bali dijo...

Publicado también en Scriptorium.

Anónimo dijo...

¿Te sigo?
¿Me sigues?...
o ¿es que en el fondo vamos al mismo lugar?

mrp

Rowena Bali dijo...

Manuel; en el fondo de este textito está exactamente lo que dices. Vamos hacia el mismo lugar, con ventaja o desventaja, y por eso nos sentimos perseguidos o perseguidores.