martes, 17 de agosto de 2010

Otro asunto íntimo

Hace varios años tuve una amistad cercana con un hombre que sufría trastorno bipolar. Aquel señor tenía un hijo más o menos de mi edad, a cuyos aposentos me refiero en este asunto íntimo.
No me acuerdo de su nombre. Era moreno y tenía los ojos verdes. Yo a este joven no le puse el ojo con ninguna insistencia, sin embargo ocurrió algo muy extraño que llamó mi atención hacia él. Una tarde mi amigo se quedó profundamente dormido y yo me aburría en su casa; y como no había nadie se me hizo fácil ponerme a fisgonear. Me di vueltas por todos lados hasta que topé sin saberlo con el cuarto del hijo, abrí la puerta y me asomé… Y ¡Zaz! ¡Encontré una réplica casi exacta de la recámara donde yo, a varios kilómetros de distancia de aquella casa, dormía! Es decir; la habitación del hijo de mi amigo era asombrosamente similar en dimensiones, colores, elementos decorativos, muebles, disposición, ventanas, etc, a mi propia habitación. Todo. ¡Todo era casi idéntico! Incluso el baño. Aquel hombre era mi alma gemela recamaril, por decirlo de algún modo, quizá un poco burda, un poco anodina, un poco menos centrada en el orden y en los detalles que yo, pero mi gemela. Las únicas diferencias claras eran relativas a los exteriores: mi exterior era un pequeño huerto y el suyo un jardín. Nunca le conté esta historia al joven en cuestión, supongo que la lejanía con que nos veíamos la habría hecho inverosímil y bochornosa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Otra un poco Parapsicológica:
Algunas veces me pregunto si realmente la parasicología existe o solo es un pequeño movimiento de espacio contemplativo del universo que forma eclipses casuales de encuentros con almas gemelas .
Ella ,de piel apiñonada my clara, tenía el pelo entre quebrado y rizado, una sonrisa aguda e interesante, su mirada profunda denotaba una inteligencia emocional muy fuerte. Yo la conocí en el local de libros de mi familia, al momento de verla tenía la certeza de conocerla desde muchísimo tiempo atrás, recuerdo que la primera vez que la vi, solo le dije ¿Hola cómo estás? Bien oye te conozco desde hace tiempo, ella contestó, siento que te conozco desde hace mucho tiempo atrás pero no sé de dónde, platicamos un poco y ofrecí con amabilidad una soda en un vaso amarillo de aluminio con hielo, y comenzó una amistad…
En la primera invitación a comer llegó el mesero con la carta de menú, al yo leer la sección de ensaladas, tuve sospecha que ella pediría una ensalada con champiñones extras además fresca bebida de manzana, en efecto mi pensamiento se hizo realidad, salivando en deseo la chica pidió una ensalada con champiñones extras y la bebida de manzana , pero en esta ocasión solo deje la anécdota como incidente mental , pero, fueron bastantes la más rara de todas fue un día que escogimos minuciosamente rentar tres películas en un Video Centro, vimos las tres películas en su casa y más tarde llegó Mónica su hermana con una bolsa cerrada de bloockbuster y dejó las películas en la mesa de la cocina se retiró a cenar con su novio. Al día siguiente, regresé a aquella casa para devolver las películas. En la cocina estaba el padre de Mónica comentando lo maravillado que estaba de algunas cosas parasicológicas tratando el tema de la telepatía. Lo escuché y en ese momento noté que Mónica no había movido la bolsa de bloockbuster con las películas que ella había rentado, por curiosidad abrí la bolsa para ver que títulos de película había alquilado y curiosamente eran exactamente las mismas que Chio y yo habíamos rentado. ¡Quedé impresionado! …

Fernando Sojo Malacara