miércoles, 25 de agosto de 2010

Aclaración de una escritora compulsiva a una lectora compulsiva

Una Amable, muy Joven, Honorable y Amiga Lectora de este blog, me pidió que aclare lo siguiente:
1.- Cuando escribo "Balitas", copio y pego fragmentos de obras que escribí hace tiempo.
2.- Cuando escribo "Asuntos íntimos", hablo de eso; de textos que revelan menesteres eróticos y personales.
3.- Cuando escribo "Baladas de otros" -que es el menor de los casos- publico textos de otros autores.
4.- No escribo "poemas" en este blog, -ni en mis novelas- escribo letras de canciones.
5.- Cuando escribo en este blog, a veces lo hago en un tono autobiográfico porque no me gusta olvidar su carácter de diario.
6.- Alguna que otra vez me da por poner aquí vaticinios, este tipo de textos tiende a convertirse en poesía.
7.- También he puesto algunas minificciones, que es el género que más me gusta y el que he cultivado mayormente en mis primeros años de escritora, cuando escribía directo en el papel y no aquí.

Balita

En El agente Morboso.
Pasé estos meses meditando. Me había vuelto totalmente casto. Esa parte en mi vida de tránsfuga sí que era extraña, siempre me han gustado muchísimo las chicas. Me quedaba en casa viendo los videos, Dismiss y el Cartoon. En el trabajo todo estaba muy tranquilo, el Gordo Capitalista despertaba sólo para firmar mis bouchers, eso era estupendo. Llamaba con mucha frecuencia a la Chica del Lago, ella había empezado a salir con un chico peruano y bla, bla, bla. Hacía como que me alegraba. Pero no saben cómo me retorcía de sufrimiento. Me había convertido en un chico rubio fálico y sádico, que amaba locamente a la chica de ojos almendra y no se lo podía decir. Viéndolo bien era un romance muy lindo.
Durante ese tiempo empecé a cargar algunos cursillos de la Ibero a la cuenta del gordo, quien, pobre, firmaba con un esfuerzo sobre humano. Empecé a temer por su vida, para hacerle las cosas más fáciles cargué una computadora portátil a su cuenta, pero el tipo había decaído tanto que jamás pudo entender el aparato. Yo tenía que verificar siempre que no se quedara dormido antes de firmar los bouchers, esperar a que se durmiera y salir. Todo aquel ajetreo me llevaba varias horas, por lo demás mi profesión me daba para vivir holgadamente. En la Ibero conocí a varias chicas, todas derrapaban por mí. No saben qué efecto produce la castidad.

lunes, 23 de agosto de 2010

Balita

En La bala enamorada
"Mi trabajo está muy cerca de tu casa. A ciertas horas aquello parece una vereda y a otras un mercado. Mi padre vivió en la misma calle que tú en un periodo de su infancia. Hace unos días y sin que yo preguntara nada, me contó este episodio, para mi desconocido. Durante aquella plática me indicó varias veces el nombre de tu calle. Si uno pasa por ahí siempre está todo calmo: es el último resquicio que le queda a la paz y sin embargo yo me siento horriblemente intranquila. Hoy pasé varias veces cerca y la necesidad de esquivar el tráfico me obligó a ir por ella en una ocasión. Dios dictó ese designio que lamento profundamente. Yo no decidí seguir la ruta que me condujo hasta ahí. Nunca hice el más mínimo esfuerzo para toparme ni con tu casa ni contigo. Es más: Si hubiera podido te habría quitado de mi camino con violencia. Me caes peor que nadie, me pones de muy mal humor. Quizá un día de estos acuda a tu casa y me ponga a gritar, a vociferar histéricamente, tal vez decida convertirme en la loca de tu cuadra por un rato, sólo para insultar a Dios por tan ruin casualidad."

Flores de trébol en Echeveria Imbrigata

martes, 17 de agosto de 2010

Otro asunto íntimo

Hace varios años tuve una amistad cercana con un hombre que sufría trastorno bipolar. Aquel señor tenía un hijo más o menos de mi edad, a cuyos aposentos me refiero en este asunto íntimo.
No me acuerdo de su nombre. Era moreno y tenía los ojos verdes. Yo a este joven no le puse el ojo con ninguna insistencia, sin embargo ocurrió algo muy extraño que llamó mi atención hacia él. Una tarde mi amigo se quedó profundamente dormido y yo me aburría en su casa; y como no había nadie se me hizo fácil ponerme a fisgonear. Me di vueltas por todos lados hasta que topé sin saberlo con el cuarto del hijo, abrí la puerta y me asomé… Y ¡Zaz! ¡Encontré una réplica casi exacta de la recámara donde yo, a varios kilómetros de distancia de aquella casa, dormía! Es decir; la habitación del hijo de mi amigo era asombrosamente similar en dimensiones, colores, elementos decorativos, muebles, disposición, ventanas, etc, a mi propia habitación. Todo. ¡Todo era casi idéntico! Incluso el baño. Aquel hombre era mi alma gemela recamaril, por decirlo de algún modo, quizá un poco burda, un poco anodina, un poco menos centrada en el orden y en los detalles que yo, pero mi gemela. Las únicas diferencias claras eran relativas a los exteriores: mi exterior era un pequeño huerto y el suyo un jardín. Nunca le conté esta historia al joven en cuestión, supongo que la lejanía con que nos veíamos la habría hecho inverosímil y bochornosa.

Ken, Gebo, Algiz, Feho

sábado, 14 de agosto de 2010

Mi vida en cantera rosa (y también un poco borrosa)

Estuvimos en la Feria del libro de Zacatecas mi querido amigo el escritor Gonzalo Lizardo y yo para presentar El ejército de Sodoma.
Zacatecas es una de mis ciudades más entrañables y cada vez que voy me sorprende su intensa actividad cultural y su creciente belleza. Agradezco la amable invitación.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Labio con punta

Cuando inclino
el vaso de vino,
labio con borde,
borde con labio,
orilla con orilla,
labio con labio,
y cuando empino
el tarro de cerveza
veo la punta
de tu nombre
tan cerca
que me besa.

lunes, 2 de agosto de 2010

Balita

Órdenes de la generala
Es el momento,
botas
de mi regimiento,
de matar a la rata
para darle su alimento
a la buena generala.
Cada una de ustedes comerá una rana.
Es el momento,
macanas,
de darle de golpes
a la vieja iguana.