miércoles, 19 de mayo de 2010

Mail a mi amigo anónimo

Estimado:

Este es el mail más coherente que has escrito desde tu reaparición. Claro que me gustaría leerte las cartas. Me gustaría que me hablaras de tu vida; de la mía tú ya sabes demasiado y mira que ni siquiera me lo propuse, así son las cosas.

La vida amorosa se la guarda uno para uno, cuando es de uno. Yo no sé porque tantos amigos y conocidos se toman personales las cosas que escribo. Los textos que publico en mi blog no son cartas a personas reales; soy escritora y por eso tengo imaginación. No escribo para zutano o mengano, mis palabras no tienen dedicatoria y si la tienen sólo puedo saberlo yo.

¡Cómo no envidiar a los que se diviertien más que yo! ¡Relájate! Yo te conocí lo suficiente como para saber que te encanta divertirte, y te envidio mucho, demasiado... yo más bien me aburro todo el tiempo. Joder ¿A qué se deberá esta abulia mía perenne? Seguro me hice escritora porque en algo me tenía que divertir. Por otro lado seguro me volví lo que soy por envidia de los que sí se divirtieron. ¿Sabes? Tengo cierta exploración en el tema de la envidia, la conozco bien. En El agente morboso hay un fragmento en que evidencio esta exploración, por si te interesa.

No me cambiaría por nadie y te agradecería que tampoco lo intentaras.

No dejes que tu imaginación vuele al pensar en mi, soy sólo anodina, aburrida ondina en la negra mar... No te sientas herido de a gratis, ninguna bala mía se ha dirigido a ti nunca.

Puedo leerte el tarot pero preferiría ir a conocer tu vivero de suculentas, eso es todo lo que me interesa de ti, por el momento.

Si quieres escribir se claro y conciso.

Ciao.

1 comentario:

Vikram Dharma dijo...

Ah, esos anónimos, pobrecitos, tan desamparados. Tan idiotas.

Hola, Rowena.
Me gustó el texto para Shandy.
Esperemos que pueda imprimir pronto.
En cuanto eso suceda, te aviso.
Va muy bien la edición.

Franco.