Te he soñado, hombre frío,
eres mi derrengada fantasía.
Sueño que te quiero
y sueño suficiente
y sueño sueños únicos,
porque te sueño a ti, cariño.
Si tú me quieres
si te me antojo,
tengo un manojo
de despertares para ti,
y tengo tanto contento,
que con gozo seguro
al amanecer te caliento,
hombre frío, si tú quieres,
aunque mi amor te mire con tiento.
2 comentarios:
Nada de frío. Uno baila más bien despacio y siempre acompasadamente la música del poema, y entonces uno se enciende. Tu poesía, dama desconocida, prende sin falta. Y no nos deja. A dos fuegos queda uno: el que calienta y el que ilumina. Entonces se pone uno a vivir.
Calor son tus ojos, tus labios, tus palabras, toda tu presencia que es enemiga de mis anocheceres invernales.
Besos encendidos.
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