"Los deseos de regresar
a La Lacritud
me están matando.
Es una muerte feliz, creo,
aunque me está doliendo
demasiado.
Faltan muchas horas antes de que el auditor venga
y me entregue los papeles.
Debo hacer los preparativos para la despedida y
los preparativos para el viaje,
la llegada,
la movilización,
la construcción de las nuevas instalaciones...
La Lacritud
es cara.
Es un rostro hermoso
cuyo rastro he anhelado largamente."
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