Siento envidia de tu rostro,
de tu canto,
de tu risa,
de tu baile.
Siento envidia de los campos,
de los vientos,
de las lluvias,
de todos los elementos.
Siento una envidia tan grande
por tus cauces, que se derraman,
que escurren por las montañas
como serpientes.
Siento una punzada atroz
en mi alma negra
cuando veo
la luz que te embarga todo,
que te inflama.
3 comentarios:
si no me equivoco, tu tambien eres parte de su rostro.
espero haber entendido y que me hubiera gustado por la causa acertada.
Me encanta la sonoridad de tus poemas. Me dejaron una tonada que no sé si me podré quitar en las próximas horas.
ja, ja,ja,ja....
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