miércoles, 12 de septiembre de 2018

La mentira en el amor de Eva

Cuando se lleva a cuestas un pecado tan grande como el mío es difícil creer que la felicidad sea merecida. El peso omnipresente de la serpiente se aligera cuando miro los ojos de mi hijo, hijo de ese mismo pecado, brillantes, siempre desconfiados, bondadosos y perversos, como los de un guerrillero, capaz de matar a quien hiere o mancilla lo que él ama. La felicidad llega en el reconocimiento de ese amor, dos almas en este sacrificio perpetuo e irrisorio que es estar aquí y ahora, con esta vida, sí. De repente un día amanecimos vivos, sin saber dónde demonios estábamos antes del sueño, esta vida es nuestra ¿quién nos la dio? Unos padres, y ¿a esos padres quién les dio su vida?, y así, hasta una eternidad posiblemente finita donde un día, una sola mujer, un solo hombre, no tenían la más remota idea de su origen, de su estirpe, salvo una entidad temible, Dios, nada menos, y aun así decidieron amarse.
Nosotros no tenemos la culpa, fuimos arrastrados por una cadena que era más pesada que nuestro cuerpo, y hoy, como muertos perpetuos, ignorantes de nuestro origen, vamos tras ella.

Hay algo en la historia oficial que me parece dudoso, he platicado con serias y serios historiadoras e historiadores que me han dicho que la historia es sólo mentira. Que  nunca pasó lo que pasó, que nunca hubo grandes próceres, que los libros de texto gratuitos a los que la educación oficial sometió a mi inteligente hijo, son pura basura. Eso es alentador, saber que todo es mentira en este mundo, como dice la canción, es un verdadero alivio. Que el sufrimiento de haber sido engañada y mancillada por la serpiente es sólo un sueño, que esta vida desaparecerá, que esta vida misma es realmente sueño, como dice aquella obra maestra, es una verdad que acepto sin dudar.

domingo, 2 de septiembre de 2018

Mentira II

La mentira como vaticinio
Cuando una persona miente para blofear crea un paliativo para aliviar su deseo, pero además le otorga un poder, conforme una mentira crece, como un chisme, las bocas van confiriéndole poderes que se multiplican en potencias inimaginables, hasta que un día, la mentira amanece siendo una fresca y luminosa verdad. Vaticinio cumplido.

La mentira en la fama de las redes
Hay personas que se hacen famosas: así nada más, las razones por las cuales las personas se hacen famosas suelen ser falsas en las redes, se difunde un chisme caliente, se convierte en mentira viral, hasta que de pronto es totalmente cierto, y hasta el famoso en cuestión lo cree cierto, eso se llama mitomanía colectiva.

La mentira sacra
Yo les juro que esta vez sí va a aparecer quién quiera que sea su salvador, la paciencia es el don de los sabios, ya vendrá, tengan fe. En tanto beban un refresquito y vayan al cine, coman palomitas, sean felices, agárrense de las manos, vivan sus vidas, forniquen, compren cosas, entreténganse en algo, por el amor de dios.

La mentira como un voto de amor
Yo mentí diciendo que te amaba y lo hice a propósito, porque era mi deseo amarte, luché porque ese amor se mantuviera en mi mente. Todas las mañana me repetía como una oración que te amaba. Hice ese voto durante un año. Pero aún en el voto más sublime las repeticiones terminan por aburrirnos. 

La mentira como juramento
Por el instante en que lo digo, esto es cierto, pero no sé después, el mundo cambia tanto todos los días y no sé, tengan fe. sea su salvador, la paciencia es el don de los sabios, ya vendrse difunde un chisme caliente en las redes, se convi si esto mañana será cierto. Esto que digo, se los juro por hoy, es verdad.


La mentira en el deseo
Si hay algo de lo que sé es del deseo no cumplido, cuando un deseo se cumple deja de serlo. Por eso prefiero mantenerme al margen de las satisfacciones, sólo así tendré razones múltiples para seguir viviendo, en deseo perenne de lo imposible.