viernes, 14 de noviembre de 2008

Fruto prohibido

Para mis amigos gays, felizmente perennes frutos prohibidos.

Cuando cae la tarde en el verano
y los frutos por montones
del árbol se nos caen,
gustozos los comemos;
pero si el verano
es demasiado generoso
y los frutos se desbordan en el huerto,
nos volvemos mohinos.

Cuando vienen por montones
a cruzarse en el camino los destinos,
uno se vuelve tedioso
y espera sin placer el fruto peligroso,
el fruto desabrido.

2 comentarios:

Carlos Lara dijo...

Frutos tus poemas que por montones han caído
prohibidos deberían ser tus versos
por convertir esta lectura en un habito adictivo.

ciruelas para mi señora.

Anónimo dijo...

Lástima que encuentres aburridos os frutos prohibidos porque yo tengo uno que podría gustarte mucho.
lástima