Yo soy una almendra que se empapa en la humedad forajida. Tú, cosmopolita, que desconoces mi profundidad de semilla, te has ido a todas partes sin que yo quiera seguirte.
Es semillismo mi desamor, asunto de familia. Revisa mi árbol genealógico.
Yo quiero un vástago de raíces nuevas, un rebrote en la muerte perenne. Esa enorme talla que sueño crecerá feliz junto a una enorme agonía.
Si tú decides quedarte tendrás que alimentarte de una tierra poblada por gusanos e insectos mercenarios. Honestamente, si veo tu débil raicilla, hombre, sospecho que todo lo que conseguirás será dejarla morir como una lombriz bajo el zapato de un transeunte.
Ve a donde quieras, seguro de que no te seguiré. Cuando estés en el aeropuerto todavía pensarás en mí, me amarás, y sentirás francos deseos de volver. Pero una vez que empieces a surcar el cielo vas a ver cuan pequeña, diminuta en el más diminuto de los sentidos, soy.
3 comentarios:
Siempre hay algún motivo nuevo para mi enorme amor por ti par quererte mas y mas y mas.
Bueno, gracias por quererme, anónimo. Sólo dime: ¿Eres Juanito? "Juanito" sigue sonando un poco anónimo. Saludos.
Me gusta, me gusta, me gusta mucho como escribes.
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