martes, 25 de enero de 2011

Izquierda, derecha...

Tengo perdida una buena parte de mi memoria, y sin embargo hay segmentos que recuerdo nítidamente; en general están relacionados con plazas repletas de personas llenas de esperanza. Mis hemisferios se cuatrapean, y como consecuencia, cada vez, como ustedes, me olvido más de los demás, me sumerjo en el ruido de mi mismo, en la presencia fantasmal de mi nombre impreso miles de veces. Mi nombre. Mi nombre en todos los medios y géneros. Mi nombre y la gente. Mi nombre y el de la gente necesaria. La gente necesaria que tiene un carácter tránsfuga, y se vuelve de pronto la gente inútil. Mi nombre y el de las personas acarreadas. Mi nombre en el fondo, música en un centro comercial, virgen que me habla, aparición estampada en mi camiseta, tinitos en mi tímpano, discurso en el terregal... Mi nombre empolvado. Respuesta repetitiva de mi mismo: mi nombre inscrito en un caudal de caudales.

4 comentarios:

Rogelio Pineda Rojas dijo...

Regularmente lo que recordamos es la esperanza. Regularmente pensamos que tiempos pasados fueron mejores. Pero esto ocurre porque la memoria se aferra en seleccionar de nuestra vida sólo la dicha.

Saludos.

Te sigo.

Anónimo dijo...

De tanto encontrar,
he olvidado que buscaba.
De tanto buscar,
he olvidado que quería.
De tanto querer,
he olvidado quién soy.
De tanto buscar…

mrp.

Fernando Sojo dijo...

Estimada Amiga Tránsfuga radical:

Honestamente, habría que fundar un sindicato de tránsfugos, es un derecho.

Sojo.

Marisa dijo...

En el silencio, puedo oír sólo mi voz, ajena a las miradas del mundo

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