jueves, 6 de enero de 2011

Ese nombre

Me es familiar. He tenido ancestros, novios, maridos y hasta hijos adoptivos y no, que lo han llevado. Todo buen nombre debe llevar las virtudes de quien lo lleva; todos los hombres a quienes conocí, y que se llamaron así, las llevaron. He sido una buena madre. Yo soy, pues, además, la madre de cada hombre que se llama así; parí a mi ancestro, a mi novio, a mi marido y a mis hijos adoptivos y no. Yo los alimenté con mi pecho a todos, y por si fuera poco, soy quien les da valor... yo los embellezco, los hago felices... Cada hombre, a cambio, me redime, esa es la enorme recompensa de ser madre de todos. Cada nombre que le pongo a cada uno de mis hijos es la promesa de una nueva venida, es emancipación, es cura de la herida. Pero no sólo eso; cada hombre que yo he conocido y que ha llevado ese nombre es mi amante.

4 comentarios:

Fernando Sojo dijo...

Estimada y linda Matriarca:
Hay una dignidad especial en cada persona que uno aprende y amores que son diferentes ,la pregunta maestra sin duda sería ¿Por quién darías la vida? , como hombre mi opinión es que cuando uno tiene la frescura de sentir y vivir con la misma naturaleza de un niño , además que es mostrado el valor y significado del éxito, que se disfruta ,se comparte, se juega con el pues ….EN MI CASO Y EL DE MUCHOS CREO APARECE EL COMPROMISO POR UN MUY MUY MUY LARGO PERIODO

Fernando Sojo

Comentario Chistoso: En verificación de palabra para este texto me aparece Eletra...

Anónimo dijo...

עִמָּנוּאֵל

juan josé dijo...

He leído ahora todo el bló. Mucho lo he releído. Me admira y me fascina la destreza sin par de la poeta: nadie corre, danza, anda, vuela, fluye, chisporrotea por la lengua, con la lengua como Rowena. Hay un extraño canto a la vida en esta identificación con las palabras que se van y renacen, se encadenan, se sueltan y se atrapan. Hay un ánimo de juego muy en serio que me hace sonreír y que me deja un sabor a cereza entre los labios. Entre estas palabras nado, brinco, resbalo y me golpeo con suavidad en las piedras de su río. Y me admira también la prosa, hermana pero tal vez distante de la poesía en este caso. Una prosa que me lleva también pero que me hace ver, que no se mete en mis ojos como agua de río sino que lo transparenta todo. Sentimientos, emociones, recuerdos, inventos: la prosa de Rowena Bali me hace ver lo imaginario porque lo vuelve real, gracias a sus palabras bien encabalgadas, con trote duro y saético, veloz y seguro. Me fascina todo este mundo, del que no saldré, según todos mis cálculos.JJR

Rowena Bali dijo...

Juan José: tú eres mi master. Te quiero.