La frustración: yo creo que es un buen momento si no se prolonga mucho. Una frustración sostenida le hace ver a uno alucinaciones sobre una catástrofe vital. Una vida no se encuentra suficientemente destruida hasta que se pierde. Yo he pasado muchos meses de frustración obsesiva, de alguna manera me han servido para situarme en mi verdadero territorio, me han ayudado a hacer el conteo general de mis daños. La frustración es un estado reflexivo también, que -como la paz- tiene su lado positivo y su lado negativo. Actualmente puedo decir que no tengo frustración. No soy nadie y no supongo que mi destino deba ser conspicuo, mejor que quién sabe cuál destino que me espera. Quiero forjarme la idea de que mi cuerpo estará listo para enfrentar alguna verdadera catástrofe. Quiero además sacar de mi mente las catástrofes imaginarias. Pienso en los hombres y mujeres que han sufrido verdaderamente y me apeno de mi, porque teniendo una vida tan relativamente justa, no sé cómo hacer justicia, porque mi sociedad no me lo ha enseñado y porque yo he sido demasiado holgazana para aprender.
1 comentario:
¡¡Pero hay un Dios que todo lo ve!!...
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