domingo, 12 de abril de 2009

Balita

“Cuando Plop se sumergía sus piernas parecían dos alargadas salchichas muy doradas por el sol, su traje de baño, rojo sangre, se distinguía desde la terraza de mi departamento a la orilla del lago. La primera vez me pareció una fresa que saltaba ágilmente desde el trampolín y luego emergía del lago. Una fresa con senos en forma de carnosas fresas.
El amor de Plop hacia Fofi, su hermana, había adquirido matices de perversión, sentía un resquemor insano hacia todo muchacho que se le acercaba, no sabía si esos celos eran por los muchachos (aun no sabía si le gustaban) o por Fofi, que les sonreía coquetamente, dejándolos anonadados y se olvidaba de ella.”
En Las Chicas del lago del autor nojuego Emilio Morten, mi desdichado alter ego.

2 comentarios:

Canalla dijo...

Hola, preciosa escritora. Deja uno de leerla unos días, y se pone más guapa. ¿Será la metamorfosis? Beso

tonatiuth hernandez dijo...

Encapsulados y comprimidos deseos y sueños
Te sean concedidos y prescritos divinamente
Si ninguna contraindicación y sin advertencias
Para ti el más dulce y eficaz remedio curalotodo.
un abrazo eterno