
viernes, 21 de diciembre de 2007
miércoles, 5 de diciembre de 2007
Hierofanía, amor y ficción (fragmento de un texto inconcluso escrito en 1996)

Mi ficción se manifestaba entonces en un sopor interminable que me hacía fijar la cabeza al techo de mi recámara y pensar hora tras hora hasta que caía la tarde, llegaba la mañana y volvía a caer la tarde. Pensé que no habría motivo para luchar por él si una chispa de hierofanía no llegaba a rozar su rostro en mi presencia: para ser tan malo como aquel amor, era necesario también ser santo, y saber arrepentirse. Esa hierofanía cruzó sus ojos durante los escasísimos momentos que pasamos juntos, y por eso pensé que valía la pena cruzarse con él, volverlo a ver.
Pero antes de decidirme a buscarlo, una noche en que por alguna razón yo estaba alegre y tomé la carretera, me encontré con otro joven de rostro apasionado, al que no le molestaba nada, ni mi pobreza vital, ni mi aburrimiento, ni mi apego a las historias de ficción, ni mi inclinación a enamorarme platónicamente. Me sentí tan complacida a su lado que empecé a dudar de la hierofanía, de la mirada, de los escasísimos momentos. Mi ficción dejó de ser una mancha en la recámara, es más, dejó de ser ficción. Y dejé de mirar al techo.
sábado, 1 de diciembre de 2007
Número de Aniversario de Cultura Urbana


El equipo que realiza esta excelente revista está integrado por:
Juan José Reyes
David Huerta
Rowena Bali
Juan Pablo de la Colina
Suscribirse a:
Entradas (Atom)